miércoles, 13 de julio de 2011

Ya no dueles


Frío verano lejano. Sol por cada resquicio, alejándose, susurrante de noche esperada. Río por nada, felizmente feliz de que ya no estás. Ni siquiera dentro de mi. Porque ya no queda nada de lo que nunca tuvimos, sin ápice de arrepentimiento, solo alegría efímera recorriendo mis vasos sanguíneos. Por las venas euforia. El corazón recubierto de caparazón de rocas. Me voy por ahí, de noche en vela, sin esperar a encontrarte en los ojos de la gente. Ya no dueles. Ni siquiera por dentro.